lunes, 24 de enero de 2011

VEGETACIÒN Y USO DE SUELO

2. VEGETACIÓN Y USO DE SUELO

Vegetación y uso actual del suelo
El territorio nacional no se explota con la misma intensidad ni con los mismos propósitos en toda su superficie. Algunas porciones son modificadas profundamente al ser utilizadas con fines agropecuarios o como asentamientos humanos; otras han permanecido relativamente inalteradas por las actividades de la sociedad. Las diferentes formas en que se emplea un terreno y su cubierta vegetal se conocen como usos del suelo.
En los sitios menos modificados, el uso del suelo está determinado precisamente por la vegetación natural del mismo: bosques, selvas y matorrales, que constituyen la categoría “primaria”. En las regiones donde una porción de la comunidad biológica ha sido explotada parcialmente o bien se está recuperando después de su remoción, la vegetación es calificada como “perturbada” o “secundaria” respectivamente. Se conoce como “cobertura antrópica” a aquellos lugares donde la vegetación ya es totalmente diferente de la original al ser modificada por el hombre; dentro de esta categoría se incluyen diferentes tipos de cubierta: agrícola, ganadera o urbana.
La más reciente estimación de la superficie ocupada por diferentes formas de uso del suelo en México proviene del Inventario Forestal Nacional del 2000 (IFN 2000). Esta fuente señala que cerca de la mitad del país ha sido afectada severamente por las actividades humanas. El 29% corresponde a cobertura antrópica, es decir, cultivos, pastizales inducidos o cultivados, cuya finalidad es la ganadería, así como asentamientos humanos. Otro 18% se refiere a vegetación secundaria (Figura 2.1, Cuadro III.3.2.1). No debe concluirse de estas cifras que el 53% restante ha permanecido inalterado por el hombre. Por ejemplo, dentro de ese porcentaje se incluyen pastizales naturales y matorrales xerófilos que son utilizados intensamente para la producción ganadera.
A grandes rasgos, la vegetación natural de México puede dividirse en cuatro categorías. Los bosques y selvas están dominados por árboles, si bien los primeros generalmente se restringen a las zonas templadas y las segundas a las de clima tropical; otra diferencia es que en las selvas el número de especies diferentes de árboles es mucho mayor que en los bosques. Los matorrales se caracterizan porque su cubierta vegetal se compone principalmente de arbustos y son típicos de las zonas áridas y semiáridas. Por último, los pastizales se distinguen por el predominio de plantas de porte herbáceo, generalmente pastos (véase La vegetación de México).
Dentro de la superficie que conserva parte de su cobertura vegetal natural, los matorrales constituyen la forma dominante (29% del total del país). El 15% de los matorrales mexicanos son secundarios, aunque esta cifra probablemente sea mucho mayor (véase “Degradación de matorrales”). La cobertura arbolada primaria y secundaria del país asciende a un 33%, que corresponde casi por igual a bosques y selvas. En ambos casos, cerca de un 40% de la vegetación restante se encuentra alterada en gran medida (Figura 2.1).
Algunos de los estados que conservan vegetación natural en la mayor parte de su superficie son Coahuila, Quintana Roo y la península de Baja California. Por el contrario, en Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala, Morelos y Distrito Federal, la cobertura antrópica (cultivos, pastizales ganaderos y asentamientos) rebasa 60% del territorio. Los estados que dedican una mayor proporción de su superficie antrópica a la agricultura se encuentran en el centro del país, en particular aquellos cercanos al Distrito Federal. En cambio, los estados del norte, del Golfo de México y Chiapas destinan proporcionalmente una mayor cantidad de su cubierta antrópica a la ganadería (Mapa 2.1).
 

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